Cine: Björk se transforma en ballena en la última película de su esposo
En 'Drawing Restraint', la cantante y el propio Matthew Barney protagonizan una peculiar historia de amor
Londres. (EFE).- La cantante islandesa Björk y su esposo, el polifacético artista estadounidense Matthew Barney, son una pareja singular, de la que cabe esperar cualquier cosa: por ejemplo, que participen en una ceremonia del té en un ballenero japonés y acaben transformándose ellos mismos en ballenas.
Ése el tema central del último filme de Barney (San Francisco, 1967), conocido hasta ahora en el mundo del arte sobre todo por su llamado ciclo "Cremaster": cinco películas que realizó entre 1994 y 2000 caracterizadas por su denso y hermético simbolismo de fuerte carga sexual y masoquista.
Como en Barney hay que explicarlo todo, conviene saber que "cremáster" es el nombre del músculo que se encuentra en el pliegue de la ingle y las bolsas testiculares, cuya función es precisamente retraer el testículo, y aquel ciclo trataba en plan de metáfora visual de la resistencia a la diferenciación sexual del feto que tiene lugar en el útero.
El nuevo ciclo, que se presentará del 20 de diciembre al 11 de noviembre en la galería Serpentine, en pleno Hyde Park londinense, se titula en inglés "Drawing Restraint", que podría traducirse por "Dibujos bajo restricción (de movimientos)".
Barney entiende en efecto la escultura en general en relación con un sistema dinámico que tiene como modelo las funciones corporales, y en la base de su práctica artística está la idea de que la forma no puede materializarse ni mudarse a menos que tropiece con una resistencia.
El artista estadounidense es como uno de esos atletas que entrenan sus músculos fijándose niveles de resistencia cada vez mayores, y así en este nuevo ciclo, del que forma parte la película con Björk, se ha impuesto distintos desafíos a la hora de dibujar, como los que en su día hicieron famoso al mago Harry Houdini.
Barney ha hecho dibujos en los techos en las posiciones más difíciles: tras trepar por las paredes, incluidas las de la galería, agarrado al casco de un barco en alta mar, balanceándose por su cubierta, o con los cuernos de dos colaboradores disfrazados de sátiros.
En "Drawing Restraint" número 9, Barney y Björk son dos "invitados occidentales" que protagonizan una extraña historia de amor y transformismo a bordo del ballenero japonés "Nisshin Maru", donde terminan devorándose uno a otro en un mar de vaselina para acabar, identificados con sus orígenes marinos y convertidos en cetáceos, perdiéndose por el océano.
El filme, que, al margen de la exposición, se exhibirá en un cine de esta capital, es el primero que hace Björk desde la famosa película "Bailar en la oscuridad", de Lars von Trier (2000), y la cantante ha compuesto también su banda sonora.
Al tiempo que cuenta esa historia de amor, el filme documenta la construcción y transformación en la cubierta del barco de una enorme escultura de vaselina, un derivado del petróleo por el que el artista parece sentir fuerte fascinación.
Ya en su ciclo anterior había hecho esculturas con vaselina, cuya originalidad estribaba en que era imposible predecir cómo se comportarían, ya que la forma final dependía de la temperatura de la sala y de la mezcla con cera cristalina, a lo que, en el caso del barco, se sumaban los movimientos debidos al oleaje.
En la muestra de la Serpentine se exponen, además de los dibujos de la serie y escenas fotografiadas de las acciones a bordo del ballenero, instalaciones relacionadas con aquella aventura, entre ellas una gran rampa de vaselina en forma de tejado de templo sintoísta, herramientas con las que se corta la carne de la ballena, y una gran escultura de ámbar gris, el excremento de los cetáceos.
Todo ello, además de recordar los happenings del movimiento Fluxus en los años sesenta, tiene un extraño parecido con las instalaciones de sebo y fieltro del alemán Joseph Beuys aunque la simbología del norteamericano sea infinitamente más hermética, barroca, posmoderna y, por qué no decirlo, pretenciosa.
Como en Barney hay que explicarlo todo, conviene saber que "cremáster" es el nombre del músculo que se encuentra en el pliegue de la ingle y las bolsas testiculares, cuya función es precisamente retraer el testículo, y aquel ciclo trataba en plan de metáfora visual de la resistencia a la diferenciación sexual del feto que tiene lugar en el útero.
El nuevo ciclo, que se presentará del 20 de diciembre al 11 de noviembre en la galería Serpentine, en pleno Hyde Park londinense, se titula en inglés "Drawing Restraint", que podría traducirse por "Dibujos bajo restricción (de movimientos)".
Barney entiende en efecto la escultura en general en relación con un sistema dinámico que tiene como modelo las funciones corporales, y en la base de su práctica artística está la idea de que la forma no puede materializarse ni mudarse a menos que tropiece con una resistencia.
El artista estadounidense es como uno de esos atletas que entrenan sus músculos fijándose niveles de resistencia cada vez mayores, y así en este nuevo ciclo, del que forma parte la película con Björk, se ha impuesto distintos desafíos a la hora de dibujar, como los que en su día hicieron famoso al mago Harry Houdini.
Barney ha hecho dibujos en los techos en las posiciones más difíciles: tras trepar por las paredes, incluidas las de la galería, agarrado al casco de un barco en alta mar, balanceándose por su cubierta, o con los cuernos de dos colaboradores disfrazados de sátiros.
En "Drawing Restraint" número 9, Barney y Björk son dos "invitados occidentales" que protagonizan una extraña historia de amor y transformismo a bordo del ballenero japonés "Nisshin Maru", donde terminan devorándose uno a otro en un mar de vaselina para acabar, identificados con sus orígenes marinos y convertidos en cetáceos, perdiéndose por el océano.
El filme, que, al margen de la exposición, se exhibirá en un cine de esta capital, es el primero que hace Björk desde la famosa película "Bailar en la oscuridad", de Lars von Trier (2000), y la cantante ha compuesto también su banda sonora.
Al tiempo que cuenta esa historia de amor, el filme documenta la construcción y transformación en la cubierta del barco de una enorme escultura de vaselina, un derivado del petróleo por el que el artista parece sentir fuerte fascinación.
Ya en su ciclo anterior había hecho esculturas con vaselina, cuya originalidad estribaba en que era imposible predecir cómo se comportarían, ya que la forma final dependía de la temperatura de la sala y de la mezcla con cera cristalina, a lo que, en el caso del barco, se sumaban los movimientos debidos al oleaje.
En la muestra de la Serpentine se exponen, además de los dibujos de la serie y escenas fotografiadas de las acciones a bordo del ballenero, instalaciones relacionadas con aquella aventura, entre ellas una gran rampa de vaselina en forma de tejado de templo sintoísta, herramientas con las que se corta la carne de la ballena, y una gran escultura de ámbar gris, el excremento de los cetáceos.
Todo ello, además de recordar los happenings del movimiento Fluxus en los años sesenta, tiene un extraño parecido con las instalaciones de sebo y fieltro del alemán Joseph Beuys aunque la simbología del norteamericano sea infinitamente más hermética, barroca, posmoderna y, por qué no decirlo, pretenciosa.
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