Arte: ¿Y si Picasso hubiera nacido mujer?

¿Sería también una de las grandes artistas del siglo? Es una de las preguntas del catálogo de Amazonas del arte nuevo, la exposición que comenzó el martes en la Fundación madrileña Mapfre y que exhibe 116 obras de artistas talentosas, a veces olvidadas por los cánones machistas del arte.
"No ha existido entre los grandes artistas ninguna mujer, pero tampoco ha habido grandes pianistas de jazz lituanos o jugadores de tenis esquimales", aseguraba Linda Nochlin, en 1971, en su ya célebre ¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?.

No por casualidad, los comisarios de la muestra, Josep Casamartín y Pablo Jiménez decidieron incluir una esmerada traducción del texto de Nochlin en el catalógo de la muestra.

"Sí ha habido grandes artistas, el problema es que no se les ha dado suficiente espacio", aseguraron Jiménez y Casamartín al presentar el martes la muestra, que permanecerá abierta hasta el 30 de marzo y que se puede contemplar en todo el mundo a través de su
página web.

Amazonas es una provocación a la reflexión "sobre las otras maneras de entender el arte contemporáneo", es decir, entre finales del XIX y principios del XX, para la que lograron reunir "cuadros procedentes de museos de todo el mundo y que son los que todos quieren tener", según Jiménez.

"No es una exposición de pintura femenina ni feminista. Es de artistas que eran mujeres y que plantean la cuestión fundamental del arte del siglo XX: la identidad. Se trata de recuperar pequeñas perspectivas ya olvidadas y a artistas que caen en el olvido e incluso en el desprecio", explicó Jiménez.


Las mujeres al poder: el interior de la muestra

Entre las más conocidas figuran la mexicana
Frida Kahlo, de la que se puede ver 'Frutos de la tierra' (1939); la polaca Tamara Lempicka, representada por 'La túnica rosa' (1927); la española Ángeles Santos, autora de 'Niña durmiendo' (1929); la belga Anna Boch, la única persona que compró un cuadro a Van Gogh.

Los cuadros se exponen en función del movimiento al que pertenecían las artistas, se acompañan de materiales que sirvieron para la investigación de las biografías de sus autoras.

Las mujeres tuvieron un papel fundamental en el arte ruso, porque gracias a ellas se pudo desarrollar el cubismo, y también en el arte abstracto; por eso, afirma Casamartín, "se puede reconstruir la historia del arte moderno con obras de gran calidad de ellas sin que se les eche en falta a ellos".

En el recorrido se incluyen cuadros de
Mary Cassatt, Marianne von Werefkin, Valentine de Saint-Point (autora del Manifiesto de la mujer futurista), Nathalia Gonzharova, María Blanchard, Georgia O'Keefe, Marcelle Cahn, Calude Cahun, Leonora Carrington y Dora Maar.

"Las mujeres no han tenido la buena suerte de nacer blancos (sic), preferentemente de clase media, y, sobre todo, hombres. La culpa no hay que buscarla en los astros, en las hormonas o en el vacío de los espacios internos, sino en las instituciones y en la educación, resume Linda Nochlin en el catálogo de la exposición.

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