Música: NARIGÓN, Letras y formas que ventilan el tango

"Mi tango no es el del cornudo y llorón"
Antes de salir al escenario vestido de riguroso negro y con los pies descalzos para actuar en el Palais de la célebre ciudad de la Costa Azul francesa, Melingo dijo a la agencia EFE que se ha "prohibido" componer historias amorosas y desencantos y que lo suyo es el tango costumbrista, el que va a las raíces y continúa el legado de Gardel.

"El tema del que no hablo es el del amor y del desamor, el del cornudo llorón es un tema que no toco, me lo tengo prohibido", dice el ex rockero cincuentón, con voz aguardentosa (de fasos y alcohol, como se la llama en el ambiente aquí).

"Me di cuenta de que puedo transmitir otro mensaje sin salir de lo tradicional, que es el tango-canción, abordando también mi sonoridad tradicional neoclásica, mirando siempre hacia el tango de raíz, el más primitivo, el tango africano", comenta mientras bebe con lentitud un "tecito" para calmar su estómago.

Jeckyll, Hyde and all that jazz

En el tango de Melingo hay también reminiscencias de la intensa búsqueda de fusión que llevó a cabo en España con el flamenco y otras músicas como el chotis.

Tiene algún tango con letras de Joaquín Sabina e incluso ha grabado dos canciones con poemas de García Lorca. Su tema Pequeño paria, incluido en la película El niño de barro, de Jorge Algora, puede hacerlo ganador del prestigioso premio cinematográfico Goya, en este caso a la mejor canción original.

"Se puede hablar de denuncia social, de pequeñas escenas trágicas o hasta policiales, del bajo mundo, de la prostitución, de las drogas —comenta en un bar de Cannes, refiriéndose al contenido de la música tanguera—. Se pueden tocar temas de una manera histórica o fantasiosa, que puede hablar de un vampiro arrabalero comparándolo con Drácula, o hacer el tango del destripador o hablar de doctor Jekyll y mister Hyde".

Su último trabajo Maldito tango, editado por el sello francés "Mañana naïve" saldrá a la venta en marzo, cuando arranque la gira de promoción por Francia, Bélgica, Suiza, Grecia, Turquía, España, Inglaterra y Alemania.

Melingo hace con el título un paralelismo entre los poetas malditos franceses y los argentinos, en concreto los poetas lunfardos, que es "el idioma literario del tango" y que tuvo un origen carcelario.

Refiriéndose a uno de los temas agrega: "Es una metáfora sobre el atardecer en un barrio cualquiera de Buenos Aires y es muy descriptivo y costumbrista, e incluye hasta a la pareja que va caminando por la acera abrazada y mintiéndose bajito lo mucho que se quieren".

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