Cultura: De profesión comisario (curador)
¿Está el arte en sus manos? Habla la nueva generación
Es una de las pocas convocatorias de nuestro país que fomenta la inserción de los jóvenes comisarios en los circuitos profesionales. Inéditos expone en La Casa Encendida los tres proyectos ganadores de su último llamamiento. Una cita necesaria del panorama de arte joven de Madrid que nos da pie para conocer a la nueva generación de comisarios que, con los treinta y cinco por cumplir, definen el nuevo papel de las exposiciones.
El desarrollo de la exposición como espacio de trabajo ha llevado a numerosos comisarios a adoptar, en los últimos años, múltiples formatos que aleja la muestra de los modelos tradicionales de exhibición y la convierte, muchas veces, en un auténtico laboratorio artístico. Exposiciones que adoptan el formato de un libro (Do it, Hans Ulrich Obrist) o que están resueltas como una verbena (Entresijos y gallinejas, RMS La Asociación); propuestas que transforman significativamente la función del lugar que las acoge (los29enchufes) y que auguran el espacio vacío como parte de la propuesta (28ª Bienal de São Paulo, Ivo Mesquida); exposiciones "para llevar" (Martí Manen), comisariadas en galerías (varios proyectos del colectivo Latitudes, formado por Max Andrews y Mariana Cánepa) o que duran un solo día (como el proyecto Hambre, visto el pasado 12 de julio en Madrid). Iniciativas que, más allá de organizarse de forma dependiente o independiente a la institución, dentro o fuera de un determinado contexto geográfico, estar firmadas por un comisario estrella o por alguien que empieza a situarse en un marco generacional concreto, tienen en común la voluntad de experimentar más allá de la exposición, al margen de qué, quién o cómo se exprese. "El comisariado es mucho más que hacer exposiciones", anota Rafael Doctor, director del MUSAC y habitual jurado de este tipo de convocotorias. Y añade: "los formatos han variado y sobresalen constantemente del tablero donde inicialmente parece plantearse el desarrollo de las artes plásticas. Otra cosa es que el sistema artístico establecido sea capaz de verlo o asimilarlo." De lo que parece no haber duda dentro del sistema artístico es del liderazgo que la figura del comisario ha adquirido en los últimos años. Del mismo modo que en la década de los ochenta el papel principal del arte lo asumió el artista, y en la de los noventa ese protagonismo lo adquirió la multiplicación de centros de arte y museos por todo el mundo, la actual, dicen, es la era de las exposiciones. Definido el arte contemporáneo como la identificación entre creación y selección, es consecuencia lógica que la relación entre artista y comisario haya cambiado radicalmente. Una transformación que se apoya, además, en el nuevo papel que tienen tanto la institución como la exposición, convertidas en canales de difusión de información y ambas definidas actualmente como lugares de producción. El comisario independiente es, como el artista, un productor. Los roles de ambos pueden parecer idénticos, y entre ellos habita una idea común de distribución, la misma que también se difunde desde el museo, bajo un trabajo de relaciones coproducidas. En esta red de correspondencias, la exposición ya no se plantea en términos de formas sino de formatos de representación. Es, escribe Nicolas Bourriaud en su libro Postproducción, "como un escenario, a medio camino entre un decorado, un estudio de filmación y una sala de documentación." Una definición muy cercana a la que hace Ferran Barenblit, ex-director del CASM y miembro del jurado de la actual edición de Inéditos, en el catálogo: "como producto– señala –la exposición es comparable a una película de cine o a determinados emprendimientos editoriales o en internet." Algo que también comparte Amanda Cuesta, comisaria independiente afincada en Barcelona. "Tenemos un conocimiento de los aspectos más técnicos de nuestro trabajo– anota –que nos hacen entender la exposición no sólo como expertos en un tema sino también como escenógrafos, arquitectos o guionistas cinematográficos." Nueva generación No muy alejadas de esta idea de la exposición como laboratorio o terreno de juego, están las tres exposiciones que acoge La Casa Encendida dentro de la anual convocatoria de Inéditos para proyectos de jóvenes comisarios. Independientemente de las tesis planteadas, unas más acertadas que otras, y las presentaciones dispares, cada uno de los proyectos ganadores comparten una de las cosas que define a la última generación de comisarios, muchos de ellos independientes o freelance y menores de treinta y cinco, que trabajan actualmente en el panorama nacional: considerar la exposición como un campo de pruebas que, como el radar, mide las distancias y direcciones de la creación actual. Aunque para José Guirao, director del centro, "lo que les identifica es que la mayoría se han formado para ser comisarios" David Barro, comisario independiente establecido en Galicia, insiste en esta idea. "Aquello que caracteriza a la nueva generación de comisarios es, por un lado, la formación específica para ello. Por el otro, cierta naturalidad a la hora de asumir que la crítica de arte, adaptándose a los cambios en la recepción de la obra, ha tenido que redefinir sus métodos, abordajes y formas de diseminación pública." "Es el resultado –añade– de una adaptación a los nuevos espacios de producción para la circulación del arte." No es gratuita, pues, la creciente red de centros y museos de arte abiertos en los últimos años así como el incremento de los estudios de comisariado, dos de los puntos capitales que definen a esta generación vinculada, además, a la revisión del concepto de autoría que entiende la creación como algo colectivo. Algo que el comisario Pablo Fanego matiza: "En la última década, el comisario de arte se ha beneficiado para realizar su trabajo de una movilidad y un acceso a la información sin precedentes gracias a la aparición de las nuevas tecnologías. El desarrollo de las sociedades en red ha permitido una fluidez de ideas– declara–y una capacidad de respuesta a las transformaciones de la vida contemporánea totalmente inéditos, pero ha generado también un mayor mimetismo y falta de autenticidad." Voluntad cooperativa Aun así, si verdaderamente algo singulariza al comisario independiente es el hecho de trabajar como externo al equipo de cualquier museo, centro e institución. Así define el propio sistema del arte a este tipo de trabajo, aunque en la práctica, la verdadera independencia está en la eficacia de los planteamientos, en la visión crítica y en la libertad de discurso. Rafael Doctor es tajante en esa idea: "Toda persona que trabaja en esto debe ser "dependiente" de sus ideas y su criterio y hacerlo extensible en la medida que los medios e instrumentos a su alcance le permitan. Ahí radica –señala– la independencia y no en la diferencia de contrato laboral". Ligados a instituciones, aunque partícipes de este relevo generacional están también Beatriz Herráez (Centro de Arte Montehermoso, Vitoria); Manuel Segade (CGAC, Santiago de Compostela); Tania Pardo (Laboratorio 987 del MUSAC, León); Martí Manen (Instituto Cervantes, Estocolmo) o Leire Vergara (Sala Rekalde, Bilbao), entre muchos otros. Todos ellos, los contratados por instituciones y los que trabajan con proyectos externos en éstas, componen una vasta red de relaciones fruto de la labor cooperativa que caracteriza de por sí, el trabajo en arte. "Tenemos relación, personal y profesional, con gente que ha empezado al mismo tiempo que nosotros y con los que hemos compartido camino, intereses y, en cierta medida, recursos– afirma el colectivo madrileño RMS La Asociación. Y añaden, "compartimos a veces presupuestos y planteamientos, pero la forma de resolverlos es diferente, lo que es mucho más interesante." Prueba de esta voluntad colectiva son algunas de las citas que en estos meses están marcando el trabajo de algunos de estos comisarios. Desde el primer European curators workshop organizado el pasado mes de marzo en el MUSAC; las jornadas Situación de emergencia que en junio debatían los parámetros de "lo joven" en el Centro Cultural Montehermoso; la visita de comisarios internacionales y el simposio Harder, Better, Slower, Stronger! previstos para el próximo mes de septiembre en Madrid y organizados por los29enchufes y S.M.A.K. de Gante dentro de la sección off de la Noche en Blanco, que contará con la participación de diez comisarios nacionales e internacionales que hablarán sobre la práctica local versus el comisariado de grandes eventos, así como el proyecto Se busca curator, comisariado por el colectivo La Pinta y que pondrá sobre la mesa la figura del comisario, sus nuevos marcos de actuación y sus diferentes métodos de trabajo en el que será el último proyecto que ocupe, en octubre, el espacio de Consulta del CASM de Barcelona. Un nuevo perfil profesional que para Ferran Barenblit, "está por definir y es, sin duda, diferente al precedente, al modelo de comisario que surgió en los años noventa, el de mi generación". Conscientes de que la exposición es uno de los modelos más claros de manifestación cultural e intelectual contemporáneas, el comisario de nueva generación tiene como principal arma para activar el debate social, y como declara La Pinta "el ataque indiscriminado al lugar común". Es decir, incrementar el diálogo con el receptor y generar nuevas vías de trabajo así como establecer conexiones capaces de despertar la correspondencia en un público empeñado al que se le supone un valor crítico. Para Ixaso Mendiluze "el objetivo es generar inquietud y con ello educar a la gente". A lo que añade RMS La Asociación:"nos interesa hacer que nuestras propuestas sean comprensibles, desde la coherencia de las herramientas de las que disponemos sobre la base de que son espectadores que emplean parte de su tiempo libre en ver arte contemporáneo". Aunque tienen razón Javier Marroquí y David Arlandis, ganadores de Inéditos 2006, cuando afirman que "el mundo del arte es un circuito cerrado que se retroalimenta."Ése sería, sin duda, el mayor fracaso. Futuro de la profesión Aunque para el comisario de exposiciones no hay una escuela única para acercarse a las prácticas artísticas contemporáneas y el proceso imprescindible, para definir actualmente su papel social, es el de la reinvención continua. Quién sabe, si pese a estar en su mejor momento, su profesión tiende, a la larga, a extinguirse en pos de otra cosa. "El comisario es alguien que desvela algo nuevo y sería un error– declara José Guirao –que los comisarios se conviertan en gestores." Difuso papel social que Ferran Barenblit ve diluirse: "Creo que la profesión del comisario tuvo su inicio, su auge y que desaparecerá". Para entonces, habrá que preguntarse de nuevo sobre el porqué del arte, aunque mientras eso ocurre, el comisario independiente constata con su labor que existe una voluntad real y colectiva donde se pueden sumar esfuerzos a fin de mejorar los sistemas de trabajo en arte. Una posibilidad a la que aferrarse con el mismo entusiasmo generacional y regenerador. Amanda Cuesta (Barcelona, 1974) dirigirá una de las mesas sobre mercado en el próxima edición de ARCO. Mientras, prepara, con Mery Cuesta, un proyecto para el próximo año en el CCCB. David Armengol (Barcelona, 1974) co-dirige A-desk.org y está al frente de las exposiciones del Aparador del Museo Abelló de Mollet y el ciclo del Espai Montcada de Caixaforum en Barcelona. David Barro (Ferrol, 1974) codirige la revista Dardo y compagina la crítica de arte con el comisariado. Entre sus últimos proyecto está Parangolé, celebrado en el Patio Herreriano. Itxaso Mendiluze (Bilbao, 1978) lleva el programa de exposiciones del Centro Cultural Bastero, en Bilbao. Su última exposición, en octubre de 2007, fue Líbrate de ello en la Fundación Bilbao Arte. Javier Marroquí y David Arlandis (Alicante, 1978 y Valencia, 1979) ganaron Inéditos en el 2006 y este agosto llevan su último proyecto Positive Critical Imagination al Festival de Arte de Edimburgo. Manuela Moscoso (Bogotá, 1978) es junto a Patricia Esquivas, la mitad de los 29enchufes, un proyecto con base en Madrid que trabaja con proyectos artísticos en espacios no convecionales. Pablo Fanego (Santiago de Compostela, 1973) ha trabajado para el CGAC y el Koldo Mitxelena, aunque su última exposición, El medio es el museo, todavía puede verse en el MARCO. RMS La Asociación son Sergio Rubira, Marta de la Torriente, Marta Rincón y Rocío Gracia y acaban de inaugurar exposición en ARTIUM y en breve lo harán en el centro HUARTE. http://www.elcultural.es/HTML/20080731/arte/ARTE23747.asp
Comentarios
Aparato de mesa que permite ver en una proyección individual el desarrollo dinámico de un film. Antes era un elemento indispensable para el montaje de películas mudas, ya que permitía la parada o marcha en cualquier momento o a cualquier velocidad, y la captación, por tanto, de errores de impresión difícilmente advertibles en la imagen quieta.