Cultura: "La ciudad se ha vuelto espectáculo"
Marc Augé es antropólogo, autor de ensayos como Diario de guerra: el mundo después del 11-S, Los no-lugares o El viajero subterráneo. En breve publicará Casablanca (Gedisa), a partir de la célebre película y las sensaciones que graba en el espectador, inasequibles a la erosión.
Nacido en Poitiers en 1935, tiene ascendientes catalanes y ha participado esta semana en la 5ª Bienal Europea de Paisaje, organizada por el Col•legi d'Arquitectes de Catalunya en Barcelona y cerrada ayer sábado.
Un antropólogo en un encuentro de arquitectos y paisajistas... ¿Qué les propone?
Nos enfrentamos, todos, a un cambio de escala, con la globalización, la mundialización, la urbanización, que son casi sinónimos aunque ponen el acento en cosas distintas. La consecuencia es qué percepción tenemos del paisaje. Hablamos más que nada de la urbanización del mundo, de la extensión de las metrópolis y sus hilos urbanos a lo largo de costas, autopistas y ríos, también de relaciones que cambian el "aquí y ahora", asistimos a cambios y a la aparición de nuevos espacios que yo llamo los no-lugares. Espacios en los que no sabemos si estamos dentro o fuera. La gran arquitectura hoy es espectáculo, también en los no-lugares, como los aeropuertos. Todo ello dibuja un nuevo planeta.
En ese medio, el ser humano parece empequeñecerse.
El sistema puede ofrecer la ilusión de la libertad de circulación, de un mundo unificado, que no existe. El paisaje urbano de hoy me parece una utopía, una alusión al futuro. Puede compararse a una nave espacial: construiremos en Marte o la Luna y veremos que estas ciudades de hoy son como las que habrá allí. No hablamos de una escala galáctica, pero sí del sistema solar.
Stehpen Hawking decía esta semana que el futuro humano está en esa conquista.
Estoy de acuerdo, pero a larga escala. Nuestra vida es corta. Como individuos, la historia humana es utópica. Hablamos de cosas que no vemos.
¿Qué ve un antropólogo en el paisaje?
Cuando hay cambios en la historia hay cambios en las relaciones humanas y eso incide en su medio. Las familias, por ejemplo, son distintas a las de hace pocos años. Siempre hay una relación entre paisaje e instalación humana. Se ve perfectamente con las relaciones que genera internet. Hablar de paisaje es hablar de urbanización. La ciudad no es la misma, ni las relaciones entre ellas.
¿El paisaje es intervención?
La conservación también es intervención. Los centros históricos tienen un aspecto muy diferente, son bellos porque se han vuelto espectáculo. Turistas de todo el mundo visitan esas ciudades, como París o Barcelona.
Pero, ¿conservar no sería no intervenir?
No es contradictorio conservar con intervenir. La conservación total no existe. Hay contaminación y otros factores. Más que conservación, yo hablaría de protección.
Usted, como antropólogo, suele fijarse en el paisaje humano. ¿La "impureza" que lo caracteriza, con todas las comillas posibles, es el gran conflicto social del futuro?
Las comillas son muy importantes, cuidado. El ideal sería... una utopía de planeta entero como una sola sociedad. Si hubiera una sola humanidad unificada, un solo mundo social y físico estaríamos en el mismo planeta. Pero eso es la igualdad de todos, igualdad de acceso al viaje. El viaje es la diferencia. El problema es que podemos llegar a vivir en una aristocracia planetaria, que no es una democracia, esa es la tendencia actual. No todas las personas pueden viajar. Los turistas van a los países cuyos habitantes huyen por la pobreza.
¿La capacidad de viajar determina nuevas aristocracias?
Sí, en cierto modo. Hay tres polos: el del saber, el poder y el dinero, el del consumo y el de quienes carecen del acceso al conocimiento. Ejemplos de todos ellos son: en el primero, yo mismo, viajando a Barcelona para dar una conferencia; en el segundo está el turismo de consumo, gente que quiere ver cosas; entre los terceros está la gente que huye de su lugar.
Planteado así, ¿el turismo es un absurdo?
Es la organización del mundo. Un problema político serio es transformar eso. Es absurdo respecto a lo que podría ser. Si hubiera prioridad absoluta en educación y ciencia, si hubiera una revolución en la educación... El mundo está al revés en algunas cosas, el conocimiento es fruto de del bienestar, y debería ser al revés. Se podría hacer, pero es utópico.
Utópico y cruel...
¡Claro! Sólo hay que escuchar las noticias. Tres franceses muertos en un rincón de África abren informativos. 50.000 muertos en un rincón del mundo no merecen nada. Es el mundo de la indiferencia.
¿La aparición del "homo turisticus" es equiparable al establecimiento de la agricultura?
Algunos expertos así lo sugieren. Yo añado que quizás estamos en el primer paso hacia las periferias del planeta.
¿Es Barcelona un ejemplo de ese cambio, con la cantidad de turistas que hay?
Barcelona es un ejemplo interesante porque reune muchos cambios en un ciudad. Es dinámica, con un desarrollo enorme, con grandes cambios urbanísticos en pocos años, con su apertura al mar, la atracción turística... Existía la Costa Brava, claro, pero ahora tienen el mar aqui. Koolhas la cita como ejemplo de ciudad histórica que se hace turística, con el paradigma de su aeropuerto, todo nuevo y en expansión. Las ciudades lo son en tanto que se relacionan con el exterior, por eso los aeropuertos son tan importantes y ejemplifican qué es una ciudad. Pero Barcelona también es el centro de Catalunya.
Ahora habla del paisaje político.
España es un modelo interesante, con un equilibrio y sus tensiones con los catalanes, los vascos... Muy distinto a Francia, tan centralista. Pero el modelo español, aparantemente, funciona. Barcelona estará en el centro de los debates futuros en Europa, porque en este momento está en juego la idea del estado nacional, tiene resistencias por parte de las regiones. De hecho, la izquierda ya no habla de la desaparición del estado, finalidad última del marxismo. Así, hoy el estado es una forma de resistencia a la lógica del mercado. Hay temor de que la Europa regional amenace a la estatal.
¿Y qué papel juegan España y Catalunya en esa relación de fuerzas?
España en general y Catalunya en particular son centros de referencia en Europa, hay un dinamismo aquí que no se encuentra en otras partes de Europa. España vive una transformación espectacular, empezando por la ideológica. La reelección de Zapatero en marzo pasado, y su enfrentamiento con la iglesia, es singular en Europa.
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