Música: Perlas del tesoro del jazz
Por Diego Fischerman
Que un sello decida sacar una serie con sus discos clásicos podría no ser otra cosa que una mera operación comercial, destinada a reciclar lo olvidado (a veces con justicia). Pero si el sello es Columbia, el repertorio elegido es el jazz, el precio de los discos ronda los 25 pesos y los títulos incluyen joyas como Ambassador Satch o Sarah Vaughan in Hi-Fi, el asunto es bien distinto. La colección se llama Original Columbia Jazz Classics, una primera tanda de cinco títulos acaba de ser publicada en la Argentina y el catálogo abarca, también, algunos clásicos prestados: los editados por el sello CTI, con producción de Creed Taylor. En este primer grupo entra, por ejemplo, el notable Beyond the Blue Horizon, del guitarrista George Benson, grabado en 1971 junto a Ron Carter en contrabajo, Jack De Johnette en batería, Clarence Palmer en órgano y los percusionistas Michael Cameron y Albert Nicholson; de la segunda formará parte el recordado Deodato II, del tecladista y arreglador brasileño Eumir Deodato.
Además del disco de Benson, que nunca antes había sido editado localmente en CD, la avanzada de la serie se compone de álbumes imprescindibles: Sarah Vaughan in Hi-Fi, donde Miles Davis es parte del grupo acompañante; Anatomy of a Murder, la música que Duke Ellington compuso para el film de Otto Preminger; Ambassador Satch, de Louis Armstrong, y Body & Soul, de Erroll Garner. Y la segunda camada, que llegará a las disquerías en una semana, incluirá Lady in Satin, el último disco de Billie Holiday; The Bill Evans Album, de Bill Evans; Wynton Marsalis, grabado por el virtuoso trompetista cuando tenía 18 años, con un grupo que incluía a Herbie Hancock en piano; y Brubeck Time, de Dave Brubeck. Los cinco títulos elegidos para comenzar la edición de estos clásicos de Columbia ofrecen, por otra parte, una muestra inmejorable de estilos y estéticas bien diversos.
Body & Soul incluye grabaciones realizadas por Garner en trío, con John Simmons en contrabajo y Shadow Wilson en batería, entre 1951 y 1952. La pirotecnia y el deslumbrante control instrumental de Garner están aquí al servicio de piezas como "Summertime", "Undecided" o la que le da título al disco, en donde brilla la comunicatividad. Sarah Vaughan in Hi-Fi fue registrado entre 1949 y 1952 y es uno de los mejores álbumes de toda la carrera de la cantante. Con la voz de una frescura y una ductilidad asombrosas, en esta ocasión está mucho más cerca del jazz que del papel de entretenedora de hotel de lujo que más tarde asumiría con frecuencia. Un repertorio impecable y una banda excepcional, donde además de Davis estaban el trombonista Benny Green, Budd Johnson en saxo y Tony Scott en clarinete, son parte de lo que hacen a este disco absolutamente único. El álbum de Ellington, de 1959, es, también, uno de los más importantes de su carrera. Pero el que merece más de una consideración al margen es el de Armstrong, sobre todo porque es una de las más claras refutaciones a una de esas supuestas verdades que los fundamentalistas repiten: que el único Armstrong que vale la pena es el de los Hot Five y los Hot Seven. Es cierto, en la década de 1950, Satchmo ya no estaba en el filo de la revolución. Pero en estas grabaciones realizadas mayormente en vivo en Amsterdam y Milán, esa música sonó con una frescura y una perfección supremas.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/espectaculos/7-15467-2009-09-30.html
Comentarios