Cultura: El MACBA recupera la experiencia pionera del Centro Internacional de Fotografía
La muestra acoge los espectáculos populares y las prácticas carnavalescas: el boxeo, la lucha libre, El Molino, los transexuales del Carnaval de Sitges, Ocaña y el circo
Barcelona. (EFE).- Unas 600 imágenes se exhiben desde el 27 de enero al 20 de mayo en el MACBA en la exposición que recupera la experiencia truncada del Centro Internacional de Fotografía de Barcelona (1978-1983), una iniciativa pionera en la España de la Transición que aunaba la vertiente educativa y la artística.
La exposición reconoce, de entrada, el papel del impulsor del CIFB, Albert Guspi, de quien se pueden ver fragmentos de dos de sus trabajos más reconocidos, una serie dedicada a los niños andaluces, que publicó Ruedo Ibérico, y otra sobre los campos de refugiados en Palestina, que recogió la revista Triunfo.
Para Jorge Ribalta, comisario de la exposición junto con Cristina Zelich, que Guspi publicara en estas dos cabeceras de la izquierda progresista de la época "no fue casual, pero no está demostrada su vinculación con esa izquierda".
La exposición combina en tres ámbitos un total de 263 copias de época con más de trescientas diapositivas realizadas a partir de originales sobre la vida popular en Barcelona, así como un conjunto documental inédito, formado por carteles, publicaciones, artículos y folletos de mano, que ahora pasarán a integrar los fondos del MACBA.
En pleno casco viejo de Barcelona, en el número 11 bis de la calle Aurora, se conserva todavía el edificio que hace más de treinta años albergó aquel centro, que, en palabras de Ribalta, centró su ocular en una línea más documental.
La escuela tenía una vinculación directa con Spectrum, la primera galería fotográfica abierta en España que combinaba la presentación de fotógrafos históricos con fotógrafos contemporáneos y que se convirtió enseguida en un punto de encuentro de la nueva generación de fotógrafos.
Los comisarios subrayan la necesidad de recuperar iniciativas como el CIFB, "mal conocido y olvidado a pesar de su relativa proximidad", y que se debe entender "desde la doble perspectiva local y global".
Por un lado, era un proceso que en los años 60 se estaba produciendo a escala internacional: "la recomposición del campo cultural hacia las industrias culturales en el paso a un modelo económico postindustrial, que en el terreno del arte se tradujo en una expansión del mercado artístico y una incorporación de la fotografía de una forma sin precedentes".
En una segunda vertiente, la exposición analiza cómo estas condiciones históricas generales se materializaron específicamente en la cultura fotográfica de Barcelona durante la Transición.
El estudio previo a la exposición realizado por los comisarios ha permitido constatar la convivencia de prácticas y tradiciones fotográficas diversas, que desde entonces han tendido a estar separadas.
Esta multiplicidad de los años 70 perdió terreno ante la concepción visualista de la fotografía creativa: "De hecho, el CIFB cerró por la falta de recursos, por la renuncia a las relaciones con las administraciones públicas y porque la opción documental quedó relegada por la fotografía creativa", apunta Ribalta.
En la exposición se pueden ver obras de fotógrafos luego reconocidos como Manolo Laguillo o Manel Esclusa, junto a la de otros menos conocidos como Lluís Casals, Pep Cunties, Esteve Lucerón, Lucho Poirot o Jordi Pol.
En un primer ámbito se incluyen representaciones de los barrios populares y sus habitantes como el decadente Barrio Chino y la Rambla realizadas por Anna Boyé, Pep Cunties o Jordi Pol; las barracas de La Perona, documentadas por Esteve Lucerón; el matadero visto por Pep Cunties; o las zonas autoconstruidas del litoral sur, fotografiadas por Jordi Sarrà.
En una segunda parte se proyectan en diapositivas las fotografías realizadas por Jesús Atienza, Pep Cunties y Eduardo Subías en el Hospital Mental de la Santa Creu, como se presentaron en 1980 en una proyección pública, acompañada de la música de piano del pianista y fotógrafo Mariano Zuzunaga.
El recorrido expositivo se cierra con un espacio consagrado a los espectáculos populares y las prácticas carnavalescas: el boxeo, la lucha libre, El Molino, los transexuales del Carnaval de Sitges, Ocaña y el circo.
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