música: Café de los Maestros

Santaolalla reúne a la vieja guardia del tango en un álbum imperdible

La más ambiciosa producción tanguera de las últimas décadas no está referida al hipotético futuro del género –¿pasará por el electro tango?–, sino a la más estricta y solemne preservación de la memoria. Este blanqueo lujoso de las posibilidades y los alcances del tango en el siglo xxi no es obra de un melancólico arrebatado sino del hiperquinético Gustavo Santaolalla, mentor de Bajo Fondo Tango Club. Guiado por la estrella luminosa –en términos comerciales y artísticos– del Buena Vista Social Club, el ex Arco Iris reunió en un disco doble a un seleccionado de sobrevivientes de los años de gloria. Están los famosos, como Horacio Salgán, Leopoldo Federico, Mariano Mores, Atilio Stampone, Ubaldo De Lío, Nelly Omar, Virginia Luque, entre otros. Y están las figuritas de los álbumes perdidos: el entrañable Gabriel Chula Clausi, decano de los bandoneonistas con sus 94 años; Juan Carlos Godoy, una voz legendaria del Glostora Tango Club; Carlos Lazzari, acompañante de D'Arienzo cuando el Rey del Compás arrasaba las milongas porteñas. El aparente rejunte anárquico de artistas (conviven cultos y arrabaleros, académicos e intuitivos, tal vez inconciliables hace cincuenta años, pero hermanados luego por el olvido) responde, sin embargo, a cuatro ejes históricos: Troilo, Pugliese, Di Sarli y D'Arienzo.

Casi todos los músicos y los títulos elegidos guardan alguna conexión con aquellas orquestas, resucitadas simbólicamente con el valor agregado de la excelencia sonora y el peso emocional de las ausencias. No es casual que el primer cd arranque con "Al maestro con nostalgia", un tributo de Carlos García y su Orquesta al inolvidable Di Sarli. Si se admite que la historia del tango se va escribiendo cotidianamente con la acumulación de sus muertos ilustres (de hecho, en el transcurso de la producción del disco murió uno de sus participantes, José Pepe Libertella), es conmovedor encontrarse con este puñado de tangueros que se resisten a su destino inexorable y prefieren homenajear a ser homenajeados. Aunque de aquí a fin de año se completará la canonización en vida mediante un documental y un recital en el Colón, sobrevuela en el ánimo de Santaolalla el apetecible bonus track de la proyección internacional, a la manera de Compay Segundo e Ibrahim Ferrer. El gran interrogante que plantea el futuro del tango consiste en no saber cómo responderá su pasado.

Por Fernando D'addario





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