Arte: La instalación como concepto creativo llega al Guggenheim
El museo vasco organiza una muestra con obras procedentes de sus fondos
EFE - Bilbao
La instalación, como sistema de creación y producción artística cobra protagonismo en el Museo Guggenheim de Bilbao a partir de hoy con la apertura al público de la exposición titulada Instalaciones: selecciones de las Colecciones Guggenheim.
La muestra, compuesta por cuatro instalaciones de distintos formatos y diferentes artistas internacionales actuales pertenecientes a los fondos de las colecciones de los distintos museos Guggenheim que hay en el mundo, ha quedado inaugurada hoy y permanecerá abierta hasta el 5 de enero del año próximo.
Una sala de grandes dimensiones de la planta baja del Museo acoge las creaciones del argentino de origen tailandés Rirkrit Tiravanija, denominada Sin Título 2002 (lo prometió); por Matthew Ritchie (El problema de la jerarquía, de 2003), por David Altmejd (La Universidad 2, de 2004) y por el español Javier Pérez, titulada Mascara de seducción (de 1997).
El director de la pinacoteca, Juan Ignacio Vidarte, ha recordado, en la presentación a los medios de la exposición que la instalación, como modo de producción artística, ganó relevancia a principios de la década de los 90 del siglo XX, aunque sus orígenes se remontan al inicio de la historia del arte moderno con antecedentes en artistas como Dalí o los constructivistas rusos.
Con la instalación, casi siempre creaciones de grandes dimensiones, los artistas tratan de crear espacios por donde puedan deambular libremente los espectadores sin que tengan que limitarse a la contemplación estática de la obra, lo que había sido el ideal moderno de la contemplación, ha explicado Vidarte.
El comisario de la exposición, Nat Trotman, destacó la instalación realizada por el argentino-tailandés Tiravanija, quien mediante una gran estructura de acero y cromo ha creado un espacio diáfano con monitores de televisión, plantas de jardinería y grandes cojines, en cuyo interior los espectadores pueden realizar infinidad de actividades.
Con esta estructura, que adapta a pequeña escala la arquitectura de una casa y un estudio modernista argentino de los años 80, según ha precisado Trotman, Tiravanija pretende romper las barreras entre la obra de arte y el espectador, permitir a este desplazarse por su interior y alrededores, y fomentar la interacción social del público visitante con su obra.
Vidarte ha señalado que, aprovechando esta posibilidad de la pieza de Tiravanija, el Museo ha invitado a unas 2.300 asociaciones del País vasco que trabajan en distintos campos sociales, culturales y de asistencia a inmigrantes, personas mayores, etc, a desarrollar su actividad habitual en el interior de la instalación.
Para ello, las asociaciones interesadas deberán realizar sus peticiones al Museo hasta el 31 de mayo y luego serán los responsables de la pinacoteca quienes decidan cuáles de ellas participan en este proyecto de interacción social con una obra de arte.
Vidarte ha informado también de que el Museo invitará a las personas que visiten esta instalación de Tiravanija, hasta finales de septiembre, a lanzar un "mensaje al mundo" mediante la grabación de una breve alocución sobre cuestiones que preocupan en la actualidad, como la sostenibilidad o la ecología, que posteriormente serán colgados en la página web del Museo en Internet.
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