Literatura: La nueva generación literaria rechaza el relato autobiográfico

Brizuela, De Santis y Kohan dicen que sus textos se alejan de ese estilo narrativo
"Durante la dictadura, uno desconfiaba del mundo que veía y de la capacidad del lenguaje como herramienta para reflejar algo. Por eso los tres estamos en las antípodas de lo autobiográfico." Así describió el escritor argentino Leopoldo Brizuela, uno de los pocos puntos que lo unen, además de la referencia generacional, a sus colegas Pablo De Santis y Martín Kohan.

Los tres autores consagrados, que nacieron en los años 60 y reflejan en sus textos estilos y temáticas diferentes, son exponentes autorizados de la narrativa argentina de hoy. Ayer dialogaron ayer en la 34a. Feria Internacional del Libro, en una mesa coordinada por el escritor Vicente Battista, organizada por LA NACION, y pusieron en discusión la relación entre literatura y vida.

El cálido clima que se vivía ayer en los pasillos de la feria contrastaba con la instalación del frío en las calles porteñas. Por los stands, los encargados de varias editoriales confiaron a LA NACION que durante el primer fin de semana concurrió menos público en comparación con años anteriores. La hipótesis principal es que este año la muestra comenzó cerca de fin de mes, cuando los bolsillos están menos abultados. Sin embargo, dijeron, la caída reflejada en la cantidad de público no se traslada aún a las estimaciones de ventas.

En tanto, un público de diversas edades escuchó ayer a los tres escritores, a quienes Battista preguntó sobre la moda actual de la novela autobiográfica. "Tengo un problema y es que no me intereso literariamente", respondió con humor Kohan, quien ganó el año pasado el Premio Herralde por su novela Ciencias morales . El autor indicó que su recelo respecto de lo autobiográfico reside en que "nos lleva de la literatura a la vida", en tanto que dijo interesarle el recorrido inverso, es decir, "cómo algo deviene literatura".

Mundos ilusorios

De Santis reveló que le daría "impresión" aparecer en una novela con su nombre. El autor de El enigma de París , que obtuvo el Premio Planeta-Casamérica, dijo que "siempre la literatura es imaginación" y que el escritor construye mundos ilusorios.

El debate sobre lo autobiográfico había comenzado un poco antes. Brizuela dijo que "ninguna de nuestras obras es autobiográfica", aunque expresó que hubo un momento clave en su vida de escritor: cuando aceptó al niño que fue y se enfrentó a la muerte de su padre. Apenas unos minutos después, Kohan le preguntó cómo y dónde reflejaba en sus textos la muerte de su padre.

Brizuela, autor de la novela Inglaterra , por la que ganó el Premio Clarín, le respondió que en su caso repercutió en un estado de conciencia sobre la finitud de la vida y el hecho de que él podría "ser el próximo". Kohan dijo que le intrigaba cómo un hecho decisivo toca la escritura, porque manifestó que para él son dos universos disociados y que el placer que encuentra en la literatura es que le permite salir del mundo real.

Battista destacó que los tres escritores no recurren a "la fotocopia como fórmula del éxito", porque "cada cual a su manera no repite su propia escritura".

El encuentro se había planteado en torno a cómo se escribe la literatura argentina hoy y ante esta pregunta volvieron a ponerse en primer plano las nociones de autobiografía. Así, Brizuela se refirió a la experiencia generacional que une a los tres narradores, a pesar de que sus literaturas tienen estilos muy definidos.

En una charla en la que no faltó el humor, De Santis recordó a un emperador chino que había prohibido la palabra yo salvo para los textos escritos por él. Más en serio, consideró que "la literatura funciona con lentas elaboraciones y con las formas, que son lo más autobiográfico que tenemos, más que el contenido".

Brizuela se refirió a "la presión que reciben los escritores por definirse", como una característica del mundo de hoy. Y dijo que "definirse es lo contrario del movimiento de la escritura, porque cuando uno escribe un libro ya es otra persona".

De Santis mencionó su gusto por leer historias policiales y afirmó, a modo de decálogo: "Todos los textos se hacen preguntas, pero el policial lo pone en primer plano; la novela policial descubrió al héroe quieto, el detective que se mueve en un espacio reducido y busca por los rincones; los detectives siempre han sido locos".

Y Kohan explicó por qué no le interesa lo autobiográfico. Dijo que es la mediación y el trabajo con el lenguaje lo que hace que una vivencia se convierta en literatura.

Por Laura Casanovas
De la Redacción de LA NACION

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