Opera: Vivaldi, de estreno en Praga

Se reestrena la ópera Argippo, que en 1730 fue presentada por el autor en esta ciudad, y cuya partitura se había extraviado

PRAGA (EFE).– La Sala Española del Castillo de Praga acogerá este sábado el reestreno mundial de la ópera Argippo , que en el otoño de 1730 su propio autor, Antonio Lucio Vivaldi, presentó por primera vez al mundo en la capital de Bohemia y cuya partitura estaba extraviada y fue reencontrada hace 15 meses.

"De las seis óperas representadas entonces en Praga por la Compañía Italiana, cinco ya se habían visto en Italia, mientras que Argippo sólo se mostró aquí", explicó a Efe el musicólogo Ondrej Macek, que encontró en Alemania la partitura desaparecida.

La monumental sala barroca del Castillo, cuyo origen data de la época del emperador del Sacro Imperio Rodolfo II, hijo de la emperatriz española María de Austria, se vestirá de lujo para el retorno de la obra del célebre compositor veneciano.

Este auditorio improvisado "fue elegido por su acústica y estilo barroco", ya que la ópera no tiene cambio de escenario ni tramoya, explicó el experto que, sin pasar por el conservatorio, adquirió destreza con el cimbalón y la dirección orquestal.

El reestreno estará a cargo del conjunto Hof-Musici, una formación centroeuropea de música barroca que utiliza instrumentos de época, y que fue creado hace diez años por Macek

Está integrado por artistas checos, moravos, austríacos, alemanes, polacos y un primer violín húngaro, "una representación de lo que fue la monarquía austro-húngara", explica el fundador.

Acompañarán la orquesta un grupo de cinco solistas, ataviados con vestuario de época confeccionado para la ocasión, y que está formado por dos mezzosopranos, que dan vida a Argippo y Zanaida, dos sopranos, que encarnan a Osira y Silvero, y un barítono, que representa a Tisifaro.

El coro adicional, de ocho cantantes y con una coreografía barroca de movimientos lentos, gesticulación y mímica, alejada de cualquier interpretación realista de la escena, está dirigido por la checa Zuzana Vrbova.

El paso de Vivaldi (1678-1741) por la capital del Moldava está muy documentado y existen catorce manuscritos originales de partituras compuestas por él en papel checo.

"Se sabe, a partir de las crónicas de Venecia, que entre 1729 y 1730 Vivaldi viajó por el Sacro Imperio, y la mayoría de sus óperas las dirigía el mismo", señaló Macek.

El evento artístico ha desatado gran interés de los expertos, por lo que las entradas se encuentran agotadas.

Más adelante se repetirán actuaciones en la localidad checa de Cesky Krumlov y en Venecia, mientras que en 2009 hay ya contratadas funciones en Japón y Austria.

Argippo constituye una de las veinte óperas extraviadas del artista veneciano.

Tres años después del estreno praguense, celebrado en el palacio del conde y mecenas de las artes Frantisek Antonin Sporck, se desencadenó un incendio en el teatro donde actuaba la Compañía Italiana.

El grupo se vio obligado a desplazarse con su comparsa a la ciudad bávara de Regensburg (Alemania), y fue allí, entre los legajos musicales anónimos del archivo privado de los nobles Thurn Taxis, donde Macek encontró en diciembre de 2006 las partituras de nueve de las dieciocho arias de que se componen los tres actos de la ópera.

"El texto de la arias correspondía con los del libreto", explicó Macek, quien partió en sus pesquisas de ese texto conservado en la Biblioteca Nacional del Klementinum en Praga.

Más adelante se pudo encontrar la música de otras cinco arias a partir de la letra de dicho libreto, pues "eran conocidas de otras óperas", matizó el checo.

Para las cuatro arias restantes fue necesario hallar una partitura adecuada del mismo compositor, un trabajo detallado que Macek desarrolló en el Instituto Vivaldi de Venecia.

El hallazgo fue corroborado por una comisión investigadora que organiza periódicamente congreso de expertos en Vivaldi, cuya última reunión se celebró en la ciudad del Adriático en junio de 2007.

A pesar de ello, el país de los Apeninos apenas ha apoyado institucionalmente la nueva puesta en escena de este drama, que ha contado con un presupuesto cercano a los 60.000 euros (unos 93.000 dólares).

El violinista español Eduardo García Salas, que vivió en la capital checa en los años 90, encontró otro libreto de la obra de Vivaldi en un castillo checo.

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