Cultura: Un costoso accidente artístico
Una obra de la escultora costarricense Tatiana Echeverri Fernández avaluada en US$12.000 fue destruida accidentalmente por un visitante a una exhibición que tiene lugar en la Royal Academy of Arts de Londres.
Se trata de un tótem en cerámica de 2,75 metros de altura que junto a otros cuatro integraba el grupo titulado "Frauleins Cristina, Panthea, Zenobia, Semiramis y Guinevere".
La organizadora de la muestra, la artista británica Tracey Emin, había calificado a la obra como "la estrella" de la exhibición de verano de la Real Academia de Artes cuya edición de este año generó controversias por las escenas eróticas explícitas en varios de los trabajos.
El grupo de tótems de la costarricense era uno de los favoritos para obtener el premio Charles Wollaston de la muestra que finalmente fue otorgado a una escultura en forma de huevo del estadounidense Jerry Koons.
Nacida en Costa Rica en 1974, Tatiana Echeverri Fernández, estudió en la Kunstakademie de Düsseldorf, Alemania y luego se trasladó a seguir su carrera en el Royal College of Arts de Londres, donde actualmente reside.
Accidente
Hasta el momento no está claro cómo el visitante tropezó y arremetió sobre el cordón de seguridad que rodeaba el conjunto de tótems. "Fue un ruido intenso, como el de cerámica haciéndose añicos. Todos nos quedamos paralizados sin saber qué hacer y una mujer -que supongo fue quien la derribó- se agarraba la cabeza", comentó un testigo al diario The Guardian."Antes de que el personal de seguridad, la gente todavía seguía ingresando a la sala y algunos tomaban fotografías pensando que los pedazos del tótem eran parte de la obra. Fue un tanto gracioso", agregó.
Una portavoz de la galería, dijo que "la Royal Academy reconoce la vulnerabilidad de estos trabajos y por eso antes de abrir la muestra hubo suficiente consultas sobre la mejor manera de protegerlos".
Los memoriosos recordaron que en 2006 en el museo Fitzwilliam de Cambridge un jarrón de porcelana de la dinastía Qing de China de 45 kilos, quedó reducido a 113 pedazos cuando un hombre tropezó al pisarse los cordones de sus zapatos.
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